martes, 7 de enero de 2014

La Cantina de Diego - Monachil

Si damos cobertura a la campaña de Acción  contra el Hambre “Alimenta tu solidaridad”, lo lógico es que escojamos un restaurante que la apoye, y así hicimos.  De entre los que había en la lista decidimos ir a “La Cantina de Diego” en Monachil. Sobre todo porque el día soleado de otoño que hacía era ideal para comer al aire libre, sabíamos que allí tenían terraza y el hecho de estar junto al rio lo hacía más atrayente aun.

Fuimos temprano porque no habíamos reservado y queríamos una mesa en el exterior.  La terraza que da entrada al restaurante es muy agradable, solo tiene 4 mesas y una ya estaba reservada cuando llegamos.
Somos recibidos por una chica muy agradable que nos da asiento. Como es bastante temprano decidimos tomar una cervecita para ir abriendo boca y mientras disfrutar del maravilloso día.

En cuanto nos sirve la cerveza nos da la carta para que vayamos viendo los platos y nos comenta los platos fuera de ella. Se supone que deberían indicar los platos que entran dentro de la campaña, pero no vemos ninguno.

Le preguntamos a la camarera y para nuestra sorpresa solo nos dice que tienen dos. Un entrante  (revuelto de morcilla de Monachil) y un postre ( la Marcelina).  La verdad es que podían tener algo más de variedad (al menos un entrante, una carne, un pescado y un postre….que menos no? Teniendo además en cuenta el mínimo  “coste” que supone y por tanto el consiguiente beneficio a la labor social). 

La carta esta correcta. Productos de la tierra, algunos ecológicos y bien elaborados.

Como hacemos normalmente nos pedimos algo para compartir y un plato cada uno.

Comenzamos con algo básico pero que siempre resulta, huevos caseros fritos con tomate seco y jamon, acompañados de unos ajitos fritos. Si esto no estaba bueno, mal íbamos.

No se puede pedir más a un plato sencillo. La presentación buena.

Como plato principal nos pedimos lo que nos han recomendado fuera de carta. Roberto un chuletón de la sierra y para mi unas chuletillas de cordero.

El servicio es rápido, algo que siempre es de agradecer, pero precisamente  por lo a gusto que se estaba, hubiéramos preferido que se hubiera alargado un poquito mas el almuerzo.

La carne de ambos platos, muy buena, bien acompañada por  una bolita de patatas a lo pobre, la verdura braseada y la cantidad correcta de carne.

Por colaborar algo ya que hemos ido por eso, nos pedimos el postre Marcelina. Muy suave y muy rico.
Hemos acompañado la comida con una botella de vino de castilla y león (Rivola). Está bueno.
Ahora la cuenta, esperábamos algo menos  pero ya sabéis que siempre que pides vino, la cuenta aumenta.

Más o menos como viene siendo lo normal, unos 30-35€ por cabeza con vino.




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